El futuro me ha llamado con tu voz
y, mientras ruedo por la cama,
insomne y asustado,
busco detrás de mis párpados
la playa en que te vi reír,
y el mar sonando en el hueco de tu abrazo,
como una caracola abandonada
en la arena de los días perdidos.
El futuro trae tu olor,
como el aroma metálico
del ozono tras la tormenta,
como nuestra cocina con los fuegos encendidos
mientras fuera la ciudad ronronea
como un gato entre mis pies.
El futuro tiene tu tacto,
de pétalo vivo,
tu sombra de espiga dorada
y tu risa de espuma
rompiendo sobre el mascarón de proa.
Y así caminamos,
soñando libélulas, hadas y cometas,
hacia el futuro,
cuando el sueño se apiada de mi
y la habitación entera se calla.
La gente nada sabe del amor
si no se reconoce en nuestros pasos.
Todo empieza y todo acaba en ti.
Ismael Serrano