domingo, 15 de marzo de 2015

Lo siento...

Un mes y no he sabido recoger aún mis vestiduras del suelo, no he sido capaz de vestirme con la alegría que siempre has conocido. Me siento desnuda ante ti, extraña y desnuda, como quien ha perdido todo y busca desesperadamente un refugio, algo con que tapar sus vergüenzas. Sólo es eso, nada y todo. Nada que alivie mi desnudez. Todo como un peso enorme que me azota. Y no, no soy capaz de sonreir. Lo intento desesperadamente, pero no me sale. Ni siquiera soy capaz de decírtelo sin tener que escribirlo aquí. Lo siento, siento que te he fallado, pero tambien siento que he hecho el ridículo más grande de mi vida. Ahora no hay arreglo, solo dejar pasar el tiempo.
Lo siento...
Lo siento...

jueves, 22 de enero de 2015

Si aún me puedo quedar...

Cada vez que me separo de ti es como si me arañaran el corazón de arriba a abajo muy lentamente, como cuando te hurgan en una herida importante ensañándose con ganas. Me quedo lamiéndome los labios, buscando hasta el último sabor que me dejas, el que me llena de vida y me hace seguir.
Sabes que me quedaría por siempre, pues a tu lado me siento libre, me siento yo, sin ataduras, con la firme convicción de que es lo que quiero, con tus tiempos que respeto a pies juntillas porque no se puede querer sin respetar primero.
No te haces idea de cuántas veces pienso en sustituir esa soledad que jamás te abandona. Ni de las veces que al cabo del día cuento los kilómetros y los maldigo infinitas veces uno a uno. Ni las ganas que me entran de mandarlo todo a la mierda y liarme la manta a la cabeza. Ni tampoco la de veces que te pienso haciendo tus cosas, trabajando o durmiendo. Y recuerdo tus besos mientras me recorre un escalofrío intenso por todo el cuerpo que me estremece de pies a cabeza.
Lo sabes, que te echo de menos siempre, te lo he dicho. Tantas veces como lo mucho que te quiero. Porque te quiero, no lo dudes.