miércoles, 14 de marzo de 2012

Este mar tuyo...

Cuando abra los ojos a la luz, veré la barca que me ofrece el mar de mi deseo, una barca limpia, ligera, muy blanca, casi pura, muy llena de ilusión y alegría. Ya el mar atisba olas y moja mis pies poquito a poco acercándose a la orilla. Olas revueltas, inquietas, claras, espumosas... que van mojando el fondo y arrastrando la barca hacia adentro. Y a mí con ella.

Montaré en tu barca, no lo dudes, y sortearemos el oleaje del deseo luchando con besos. Remaremos a golpes de caricias y con remos de complicidad...

No me dejes sola en este mar tuyo...

Atardecer en Bajo de Guía, Sanlúcar de Barrameda, Cádiz

jueves, 1 de marzo de 2012

Miedo

Hace día y medio que no sé nada de ti y empiezo a darle vueltas a la noria de mi cabeza... Provocas en mí tantas cosas buenas que cuando no estás es como si me faltara una parte de mí, un trocito. Me siento tan bien contigo que tengo miedo de perder esa complicidad que nos une. Me encanta escucharte atentamente cuando me llamas y susurras en mi oído lo mucho que me deseas con tu voz rasgada. Pero ahora no puedo evitar sentir miedo de perderte, de que te alejes de mí y no me recuerdes nunca más. No quiero dejar de sentir tus besos y tus abrazos, por eso tengo miedo de decirlo alto por temor a no volver a verte más.

Rebobinaría la película de nuestros poquitos días una y otra vez, de la misma manera que releo nuestra última conversación sólo por volver a sentirte a mi lado y dejar de tener miedo...