Apareciste un minuto, lo justo para hacer que se abriera la herida y asomara ese agüilla que supuran las cicatrices. Apareciste para poner en evidencia mis flaquezas, para dejarme claro que es la soledad lo más grande que tengo y lo que siempre me acompaña. El lastre que arrastro cada día, la carga que llevo a cuestas a pesar de intentar deshacerme de ella a cada instante. Regresaste para poner en evidencia mi soledad. Malvenido seas...
jueves, 24 de diciembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario