A menudo me hablas de las olas y tu playa, de cómo ellas te llevan y te traen del mar adentro. A veces, me cuentas, te revuelcan una y otra vez, intentando arrastrar tus mareas internas. Y tú te dejas llevar por ellas... Déjate arrastrar, pues, por mi marea, fluye con mi corriente. Prometo dejarme llevar a tu compás, embriagarme de tu brisa marinera y enredarme en tus olas...
domingo, 31 de enero de 2010
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